miércoles, 13 de marzo de 2013

Clive Burr (1957 - 2013). Adiós al baterista por excelencia de la NWOBHM



Hoy es un día triste para todos los que amamos el heavy metal. Anoche, mientras dormía en su casa, tras años de lucha contra una esclerosis múltiple y a pocos días de haber cumplido 56 años, falleció Clive Burr, baterista de Iron Maiden entre los años 1979 y 1982, quien grabara los fundamentales tres primeros álbumes del legendario grupo británico: “Iron Maiden” (1980), “Killers” (1981) y “The Number of the Beast” (1982).




No voy a ponerme a escribir un solemne obituario ni nada por el estilo, prefiero hablar desde la emoción, desde mi experiencia al escuchar la música de la cuál Clive fue una pieza clave. En estos momentos me encuentro escuchando el tema “Running Free” y realmente el sentimiento y la energía que desplegaba en cada golpe sobre su instrumento era incomparable.




El sonido genuino de la NWOBHM en todo su esplendor estuvo presente en Iron Maiden mientras Clive estaba tras los parches, aportando frescura, clase y vitalidad, influenciando a miles de jóvenes bateristas metálicos a través de los citados álbumes. Luego llegarían otros grandes discos dentro de la carrera de la banda, pero sin Clive el sonido ya no sería el mismo, eso está más que claro.




Si bien hacía años que ya no podía tocar debido a su enfermedad, el sólo hecho de que ese muchacho, que tan lleno de vida se oye tocando su instrumento en cada grabación, ya no esté más entre nosotros, provoca una sensación de vacío y tristeza, que a mí en lo personal por momentos me recuerda al día en que falleció Ronnie James Dio.




Por último, cabe agregar que Clive Burr no solamente dejó plasmada su magia en Iron Maiden, sino que también fue baterista de diversos grupos de rock y heavy metal, como Samson, Trust, Gogmagog, Stratus, Alcatrazz, Elixir, Desperado y Praying Mantis.



Otro gigante que se va, pero que jamás olvidaremos...