jueves, 23 de junio de 2011

Mastifal tocó por primera vez en Willie Dixon


Rosario. Fecha del evento: jueves 12 de mayo de 2011. Iniciando una mini-gira que luego continuaría por las capitales de Córdoba y Santa Fe, Mastifal volvió a nuestra ciudad para tocar por primera vez en el boliche de Pichincha y así seguir presentando en vivo “Intermundia” (2010). Por tratarse de un jueves, la afluencia de público fue aceptable y los fans locales de Mastifal dieron el presente para disfrutar de un show avasallante y de gran nivel musical. A continuación, la crónica de la jornada.

Encargados de abrir para Mastifal durante esta mini-gira, los chicos de Ultratumba, oriundos de Justiniano Posse (provincia de Córdoba), descargaron un potente set orientado hacia el thrash metal.
Ejecutaron temas propios, como “Libre de pecados”, además de un par de covers de Sepultura: “Arise” y “Territory”.
Interesante la propuesta de Ultratumba; demostraron ser una banda prolija y con ganas de hacer las cosas bien tocando fuerte, lo cual no es poco.



En segundo lugar, Distopía presentaba su nueva formación, con bajista y vocalista recién incorporados.
Arremetieron con canciones de su último demo, como “Un Grito de Esperanza” y “Un Ser para mi Muerte”, netamente orientadas hacia un estilo más rockero y alternativo, diferenciado del antiguo enfoque thrasher de la banda, aunque llenas de matices y arreglos muy buen ejecutados. Además, estrenaron una nueva composición e interpretaron “I’m Broken”, de Pantera.
Los nuevos miembros se acoplaron bastante bien a Distopía, acentuando la veta alternativa con el nuevo vocalista, quien con su voz llega a incursionar incluso en el hardcore.
Los cambios se suceden, pero Distopía continúa...

Ya entrada la medianoche, el último grupo soporte en subirse al escenario sería Disgusting, quienes movilizaron a su propio público, dándonos una cabal idea de la popularidad de la banda en nuestra escena.
Siempre enfocados en un rapcore dosificado con metal alternativo y algo de hip hop, dentro de un sonido de raíz noventera, los músicos de Disgusting desplegaron una seguidilla de canciones propias, como “My Friends” y “The Bitch is in the House”, demostrando profesionalismo y calidad dentro de su estilo.



A la 1:40, Mastifal se adueñó de las tablas y desató la euforia en la audiencia. Basaron su repertorio en canciones de todos sus discos (a excepción del primero), sonando de entrada temas como “Ojos de Buey”, “Síndrome de Supremacía”, “Destino”, “En las Entrañas del Apocalipsis”, “Amo de las Horas”, “Bionecrosis”, etc.


El sonido era muy bueno y Mastifal demostraba en cada tema que está en perfecta forma, justificando a través de su actuación en directo el reconocimiento del cual goza la banda en la escena argentina. Dicho esto, de más está mencionar que sonaron ajustadísimos y muy potentes, siempre apoyándose en su propuesta enraizada en una mixtura de varios estilos metálicos, con predominancia del thrash y del melodic death metal. Como dato de interés, cabe acotar que esta fue la primera vez que Mastifal vino a Rosario con su nuevo baterista oficial, Mariano Elías Martín.


El concierto prosiguió con poderosos temas como “El Puñal”, “Más Allá de la Razón”, “Hijo del Crimen”, “Tiempos Violentos”, “Culto Vacío Radical” y “Desde las Tinieblas”. Las composiciones correspondientes a “Intermundia” terminan encajando perfectamente en el show en vivo, allí es donde uno puede apreciar el sello del grupo en todas estas piezas. Tras una hora y veinte minutos de recital, los músicos de Mastifal saludaron y agradecieron a los metaleros que se acercaron al local de Suipacha y Güemes, prometiendo regresar pronto para tocar un set más extenso.

Y así pasó una nueva visita de Mastifal a Rosario, la cual colmó las expectativas que se habían generado a priori. Bien por Pedro Ruiz de Lucifer Sam por apostar a traerlos un día de semana al Willie Dixon, sabiendo de antemano que la afluencia de público sería algo escasa. El cambio de lugar redundó en beneficio del hecho artístico, ya que Mastifal sonó mucho mejor aquí que en sus últimas actuaciones en El Sótano. Por ende, en conclusión, el saldo de esta experiencia fue positivo.


*Todas las imágenes que ilustran esta crónica fueron tomadas de sitios oficiales de las bandas

sábado, 18 de junio de 2011

True Metal Tribute: una noche para celebrar la hermandad metálica


Rosario. Fecha del evento: sábado 7 de mayo de 2011. Organizado por los responsables de Defenders of Steel, agrupación que nuclea a los fanáticos argentinos de Manowar, se llevó a cabo este concierto en El Sótano, cuya trascendencia sobrepasó las fronteras de nuestra ciudad. Que esta vez el festival haya sido de tributos, en definitiva fue solamente una excusa. Estaba claro que la real motivación era organizar una celebración entre metaleros, compartir una fiesta y un momento de encuentro coronado con la actuación de poderosas bandas de heavy metal. Todo esto se cumplió. Muchos heavys de Rosario y localidades aledañas, de Rafaela, de la ciudad de Santa Fe, de Buenos Aires e inclusive algunos llegados desde Bahía Blanca, otorgaron el marco ideal para una velada en la cual reinó la camaradería y la buena onda, conformando una masa humana de más de 370 individuos, lo cual no es poco. A continuación, la crónica de la jornada.





El inicio del fest se retrasó un buen rato debido a que, a último momento, se canceló la participación de Hellraiser y su tributo a Ozzy Osbourne. Amenizando la espera con videoclips de clásicos del metal, la gente bebía cerveza y conversaba entre sí, hasta que Sanctuary salió a escena y arremetió con una seguidilla de temas de Iron Maiden, como “Running Free” e “Iron Maiden”. Ya habíamos entramos en calor, el fuego estaba por propagarse.




Metaltron dio un show impecable, poderoso y serio; para mi gusto fue lo mejor de la noche. Hicieron algunos covers de Judas Priest, como “Night Crawler” y “Breaking the Law”, “Balls to the Wall” de Accept y hasta nos sorprendieron interpretando “Epic War” de Majesty. Pero uno de los aspectos que más rescato, es la ejecución de sus propias canciones, las cuales poseen todos los elementos que el estilo requiere, con gancho y solidez en la ejecución.






Para cuando tocaron “Resurrection”, de Halford, subió a cantar Maximiliano Spinelli, el vocalista de Fire & Steel, brindándonos un anticipo de lo que su garganta ofrecería al frente de su banda minutos después.
Bien por Metaltron, han conseguido dominar el noble arte del heavy metal más puro y ochentero.




El cierre a cargo de Fire & Steel terminó de desatar la euforia entre la muchachada manowariana. No era para menos, ya que justamente eran los encargados de homenajear a Manowar, además de presentar algunas composiciones propias.
Algunos de los temas de Manowar interpretados por Fire & Steel fueron: “Hail and Kill”, “Battle Hymn”, “Black Wind, Fire and Steel” y “Brothers of Metal”.



La performance de Fire & Steel tuvo un protagonista excluyente: Maximiliano Spinelli, uno de los mejores cantantes de heavy metal de Rosario. Su voz posee la majestuosidad y la mística de los grandes cantantes del metal más aguerrido y épico de los ‘80s, ecos de la magia propagada por Eric Adams, Bruce Dickinson y Bobby Franklin se dejan escuchar en cada una de las intervenciones de este muchacho. El resto de la banda lo acompañó dignamente, pero el sonido lamentablemente por momentos aparecía demasiado bajo, lo que se traducía en una falta de nitidez y de contundencia que no representaba al sonido real del grupo en vivo.



Afortunadamente, Fire & Steel revirtió esta sensación al ejecutar las piezas de su autoría. Es imposible no dejarse llevar por esa maravillosa oda épica titulada “Quest for Glory”; el hecho de que alguien no sienta arder su pecho ante el son de este himno, se debe simplemente a que el metal no habita en su ser.

Y así pasó la primera edición de esta fiesta metálica, mientras ya se está anunciando una segunda parte. Felicito a los responsables de Defenders of Steel por el gran esfuerzo que hicieron y los recursos que movilizaron para concretar este evento. Ojalá este sentimiento de unión y hermandad tan genuinamente pregonado se vuelque sobre toda la escena y que las bandas que lo merezcan sean apoyadas por los verdaderos metaleros, como siempre debería ser. Muerte a los falsos. ¡Viva el metal!


*Todas las imágenes que ilustran esta crónica fueron obtenidas de sitios oficiales de las bandas y los músicos.

sábado, 4 de junio de 2011

Sacrario, Sin Piedad y Cimiento devastaron El Sótano


Rosario. Fecha del evento: viernes 22 de abril de 2011. Otro concierto internacional organizado por Ariel Vera de Asesinos de Mentes. Esta imponente edición del “Piranhius Demolition Thrash” estuvo encabezada por Sacrario, agrupación brasileña oriunda de Porto Alegre, formada en 1992 bajo el nombre Morbid y reformada en 2007 (se habían separado en el 2000). Sacrario cuenta entre sus filas con el baterista Éverson Krentz, quien ya había visitado Rosario en 2009, ocupando ese puesto en Distraught. La grilla se completó con agrupaciones locales y de la zona, algunas de ellas ostentando un gran nivel y asumiendo protagonismo en la fecha, a saber: Cimiento, Sin Piedad, Natural Damage y Abraxas.




Cuando ingresé al recinto, minutos antes de la medianoche, Abraxas ya había iniciado su set. Sin temor a equivocarme, me atrevo a decir que esta fue la mejor actuación en directo que me tocó presenciar de los cañadenses. Sólidos, potentes y muy ajustados, obtuvieron grandes resultados al enfocarse al máximo en su vertiente thrasher, echando mano a un sonido agresivo y machacante, sin descuidar las melodías ni los matices extremos.



Abraxas basó su repertorio en canciones propias como “El Abismo de la Muerte”, “Identidad”, “Reinado del Terror” y “Hunde tu Puñal (Resiste la Esclavitud)”, las cuales forman parte de su demo recientemente grabado. Además, hicieron los siguientes covers: “Ciegos del Mundo” (Malón), “Laid to Rest” (Lamb of God) y “Violent Revolution” (Kreator).





En segundo lugar, Natural Damage brindó un show en el que, si bien sonaron contundentes, quedó al descubierto la variedad de estilos que proponen, lo cual puede interpretarse, por ser una banda relativamente nueva, como una búsqueda hacia su identidad musical definitiva.
Tocaron temas propios y algunos covers, como “Toxicity” (System Of A Down) y “Refuse/Resist” (Sepultura).




A la 1:40, Sin Piedad se adueñaría del escenario, iniciando la trilogía de shows devastadores que cerraron el festival, un espectáculo no apto para posers.
Arremetieron con canciones propias, que seguramente integrarán su esperadísimo álbum debut, a saber: “Falsa Religión”, “Destierro”, “Muerto en Vida”, “Traficantes de Dolor”, “Blanca Esclavitud”, “Rencor Marginal” y “Agoniza”. El cover que ejecutaron en esta ocasión fue “People of the Lie”, de Kreator.




A riesgo de ser repetitivo, debo afirmar que Sin Piedad sigue siendo actualmente una de las mejores bandas de la escena. Su thrash/death es ejecutado con precisión y actitud, pero no se quedan solamente en eso: si bien uno puede rastrear sus influencias principales, Sin Piedad posee un sonido propio y característico. Simplemente son ellos mismos y con eso les basta para destrozarnos la cavidad craneana.




Desde San Nicolás llegó Cimiento, quienes brindaron una efectiva y demoledora performance. Lo suyo es un poderoso thrash metal con algún que otro matiz death (con marcada influencia de la escuela thrasher alemana), a través del cual demuestran personalidad y talento.
Sonaron precisos, ajustados y contundentes, ejecutando composiciones propias, como “Thor’s Wrath”, más un par de covers que hicieron sacudir nuestras melenas a más no poder: “Enemy of God” (Kreator) y “Raining Blood” (Slayer).




Sería injusto mencionar a un integrante por encima de otro, justamente debido a lo compacto que sonó Cimiento esa noche. Tanto la dupla de guitarristas conformada por Juan Manuel Medina Taleb y Daniel Fernández, la base rítmica integrada por Diego Beron en batería y Natalio “Kui” Guzmán en bajo, más el frontman Carlos Becerro, demostraron estar en perfecta sincronía a la hora de patear cabezas.
Cimiento es una de las bandas con mayor proyección de la escena, merecen todo el apoyo de las huestes deathrashers.




Minutos después de las 4:00 hs., Sacrario salía a escena para thrashear un buen rato. La agrupación oriunda de Porto Alegre visitaba por primera vez nuestro país en el marco de una gira de cuatro fechas que los llevó a tocar en las ciudades de La Plata, Buenos Aires, Rosario y Córdoba.
Sacrario descargó durante una hora una potente dosis de corrosivo thrash metal orientado hacia la vieja escuela, acusando influencias de Sodom, Kreator, Destruction, Slayer y Vader, agregándole ese toque tan propio que poseen varias bandas brasileñas.




Ejecutaron temas propios pertenecientes a sus dos full-length editados hasta el momento: “Catastrophic Eyes” (2007) y “Stigma of Delusion” (2010); algunas de las canciones escogidas fueron: “Reborn in Chaos”, “Stigma of Delusion”, “Infernal Paranoia”, “Empire Of Lies”, etc.
Además, Sacrario se dio el gusto de tocar un par de covers: primero “Postmortem” de Slayer, y en segundo lugar un tema de sus compatriotas Sepultura: “Desperate Cry”.




En cuanto al desempeño de los músicos, si bien cada uno de los integrantes de Sacrario posee el talento y la competencia para tocar este estilo con personalidad, se destaca enormemente la figura del baterista Éverson Krentz, que impacta con el poder de cada uno de los golpes que le proporciona a su instrumento, es un show aparte observarlo tocar.
Por último, un “dato de color”: el frontman Fabio Webber (guitarra y voz) lució durante un tramo del show la camiseta de la selección argentina de fútbol, mostrándose muy contento y agradecido para con el público metalero de nuestro país.


Entre aplausos, los muchachos de Sacrario dejaron las tablas. Acabábamos de ver un concierto memorable, uno de esos lujos que cada tanto nos damos quienes gustamos del buen metal.

A modo de conclusión, me gustaría destacar un aspecto que considero relevante: más allá de la competitividad de Sacrario y su condición de banda internacional, hoy por hoy podemos decir que en nuestra escena no estamos tan lejos de ese nivel, al menos en lo que respecta a la esencia artística y calidad sonora. Cuando digo “nuestra escena”, no me refiero a la escena argentina en general, sino que me estoy centrando puntualmente en la que elegí llamar (a la espera de una denominación mejor) “Escena Metalera del Curso Inferior de la Cuenca del Paraná”, que nuclea a varias localidades de la zona, con Rosario y San Nicolás como dos de sus epicentros. Entonces, al señalar esto, quiero indicar también que ni Sin Piedad ni Cimiento tienen demasiado que envidiarle a sus pares brasileños, es más, yo diría que están prácticamente al mismo nivel. Por supuesto, el hecho de compartir escenario con bandas de los puntos más diversos de nuestro país y de Sudamérica solamente puede redundar en un fortalecimiento de la escena en todo sentido, así que ojalá este tipo de eventos perduren y se acentúen.
Aunque el público no siempre termina de acompañar ni de tomar conciencia de la grandeza incipiente de esta movida, soy optimista al decir que esto está condenado a engrandercerse y a explotar tarde o temprano. Para que esto finalmente suceda, los verdaderos metaleros deben dar el presente y torcer los augurios negativos, agitando su puño en las alturas, clamando por la victoria que ellos mismos conseguirán, convirtiéndose en el público de las bandas de sus tierras. Muchos se han hecho eco del llamado, y permanecen firmes en pie de guerra. Pero los necesitamos a todos. Metal o muerte!


*Todas las fotografías que ilustran esta nota (a excepción de las de Abraxas) fueron tomadas por Victoria Panozzo, fotógrafa oficial de Corcel de Acero.