miércoles, 30 de marzo de 2011

Lo que dejó el Cementerio Thrash 2

Rosario. Fecha del evento: domingo 6 de marzo de 2011. Antes que nada, conviene no dejarse llevar por la denominación de este festival organizado por Asesinos de Mentes. Probablemente debido a imprevistos cambios en la grilla, este evento no estuvo netamente orientado hacia el thrash metal, sino que contó con variadas propuestas. A continuación, un panorama de lo acontecido esa noche en El Sótano.




Ingresé al recinto unos minutos después de la medianoche, cuando Matvey estaba finalizando su set. Lamentablemente pude apreciar poco de la actuación de esta banda, pero en el par de temas que escuché pude sentir su poder épico bien metálico, con aires de batalla y sed de gloria.



En segundo lugar, se producía el regreso a los escenarios de Espíritus Funestos, tras varios meses sin dar señales de actividad. Durante casi 40 minutos, descargaron su arsenal en un show intenso y furioso, lleno de odio y blasfemia, adentrándose en la vertiente más cruda del black metal.
Espíritus Funestos asume en vivo una postura firme, una actitud desenfadada y una imagen acorde al estilo, tanto en el uso de corpsepainting, brazaletes con clavos, etc., como en la saludable decisión de esparcir cráneos humanos reales sobre el escenario.
En cuanto a la performance en directo, ofrecieron un repertorio propio, en el cual la estridencia y la crudeza de la música fueron la norma. En esta ciudad pareciera que no hay demasiada gente que comprenda la propuesta de Espíritus Funestos: la prolijidad y el virtuosismo no son ni deben ser la característica distintiva, sino el odio que impulsa a crear, la profunda conjunción de sentimientos metálicos y anticristianos que se liberan para glorificar a Satán. ¡Larga vida al sonido primitivo, cavernoso y anti-comercial! ¡Salve Espíritus Funestos!



Llegó el turno de Distopía; ya totalmente afianzados en su formato de trío, al parecer han abandonado definitivamente el thrash metal de sus comienzos para adentrarse más en diferentes estilos y matices, teniendo como base un heavy metal/hard rock de corte moderno.
Ejecutaron composiciones propias como “Mi Pecado” y “Un ser para mi muerte”, caracterizadas por ritmos precisos, pasajes furiosos alternados con otros más calmos y mucha adrenalina al momento de desplegar las melodías, responsabilidad del guitarrista Pablo Pastinante.
La diversidad a la que apunta Distopía también se manifiesta en los covers que realizaron: por un lado “Between Angels and Insects”, de Papa Roach, y por otro “I’m Broken”, de Pantera, contando con la presencia de un vocalista invitado y de Barry (vocalista/guitarrista de Tractor) haciéndose cargo del bajo.
Si hay algo innegable en Distopía, esto es la intención de hacer las cosas prolijamente y la decisión para afrontar los cambios sin perder su esencia como banda.



A las 2:25, Barbarie pisó las tablas y aplastó cráneos con un demoledor tributo a Hermética y a Malón, uno de los mejores que vi por estos lares, realizado con profesionalismo y respeto.
“Robó un Auto”, “Sepulcro Civil”, “Gil Trabajador”, “Castigador por Herencia” y “Tu Eres su Seguridad” desataron la euforia y contagiaron incluso a varios espectadores escépticos, prueba suficiente para constatar el nivel de esta agrupación tributo.
Cuando tocaron “Mendigos” los acompañó como invitado un joven guitarrista. Bien por Barbarie y su honesto tributo.


SETLIST BARBARIE

1. ROBÓ UN AUTO
2. SOBACO ILUSTRADO
3. SEPULCRO CIVIL
4. 30.000 PLEGARIAS
5. GIL TRABAJADOR
6. CASTIGADOR POR HERENCIA
7. ATRAVESANDO TODO LÍMITE
8. MENDIGOS
9. SOY DE LA ESQUINA
10. TU ERES SU SEGURIDAD


Por último, Reacción Brutal se encargó de cerrar el evento, a partir de su propuesta que comienza a definirse entre el thrash y el groove, además de la ejecución de algunos covers. Así, entre los temas propios tocaron uno llamado “Violencia” y, por el lado de los covers, se despacharon con “Slave New World” y “Territory” (ambos de Sepultura), y “Raining Blood” (Slayer), este último con Pablo Esteban García como invitado, quien fuera vocalista de los recordados Mortuario.
Trabajando un poco más el aspecto de la presencia escénica durante la performance en vivo, Reacción Brutal podrá afirmarse más y evolucionar.


*Todas las imágenes que ilustran esta nota fueron obtenidas de sitios web oficiales de las bandas y de los músicos

miércoles, 23 de marzo de 2011

Primal Fear junto a Anvil en El Teatro de Flores: Metal sobre Metal


Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fecha del evento: viernes 25 de febrero de 2011. Una gran emoción fue lo primero que sentí cuando bajé del colectivo y comencé a caminar hacia El Teatro. Hace un par de años atrás no hubiese creído posible que Anvil tocara en la Argentina. Yo los conocía desde antes del exitoso documental que los puso nuevamente en los primeros planos del metal internacional: “Anvil, The Story of Anvil” (2009). Si bien Primal Fear oficiaba de banda principal y era la que captaba la mayor cantidad de público, mi presencia en la Capital Federal era justificada exclusivamente por la actuación de la leyenda del metal canadiense, pioneros del speed metal, que supieron atravesar sinsabores y desencantos varios, pero permanecieron siempre al pie del cañón, firmes confiando en su música más allá de tendencias y modas. A continuación, el relato de una noche metalera difícil de olvidar.



Ingresé al recinto cuando Corsario Negro estaba finalizando su set. Durante los minutos que pude ver en acción a esta agrupación cordobesa, noté que se trata de una aguerrida propuesta de hard rock y heavy metal tradicional, con actitud y presencia escénica.


Lamentablemente el sonido les jugaba en contra y no podían escucharse con nitidez ni los instrumentos ni la voz, un verdadero garrón para una banda del interior con varios años de trayectoria como Corsario Negro. De todas maneras, se ganaron el respeto del público desplegando un enérgico show, destacándose la garra del cantante Lucas Reyna y la onda que le metía el baterista Marcelo Ferz.

Corsario Negro en acción (foto: Cynthia Zelarayan para Latin Metal)

Ejecutaron temas propios como “En el juego” y “Soy de los tuyos”, en la vena de Mötley Crüe, Guns N’ Roses y W.A.S.P. (a quienes telonearon en 2005), por citar algunos referentes del grupo. Actualmente Corsario Negro se encuentra ultimando detalles para lanzar al mercado su nueva producción discográfica: “Banzai!”.



El segundo grupo soporte fue Hyedrah, agrupación heavy/power porteña de muy buen nivel, que sin embargo también sufrió las calamidades del sonido, algo irrisorio para este tipo de fechas.


Ejecutaron un puñado de temas propios, en los cuales demostraron sus puntos fuertes: no relegar la potencia detrás de las melodías y un activo doble ataque de guitarras bien al frente.


La audiencia respondió favorablemente, más aun cuando interpretaron “Hell Patrol” de Judas Priest y “Last Before the Storm” de Gamma Ray. Merecidos aplausos para Hyedrah. El yunque estaba por caer sobre nosotros.



Alrededor de las 20:30 hs., el telón volvió a correrse y los tres músicos de Anvil aparecieron sobre las tablas, haciendo lo que mejor saben hacer: tocar y pasarla bien tocando. Abrieron con el instrumental “March of the Crabs” y en ese momento pudimos apreciar que el cantante/guitarrista Steve “Lips” Kudlow estaba prendido fuego, con la sonrisa de oreja a oreja, corriendo de un lado a otro y tocando con el entusiasmo de un adolescente. Enseguida arremetieron con “666”, dándonos la pauta de que el show estaría sostenido por varias piezas de “Metal on Metal” (1982), su disco más exitoso y material de escucha imprescindible para todo metalero que se precie de tal.


Mientras Anvil se divertía en el escenario, en el campo, si bien la mayoría había ido a ver a Primal Fear, un grupo de entusiastas headbangers nos agolpábamos adelante, cerca de la valla, contagiados por el entusiasmo y la adrenalina que la banda transmitía.

Lips y su eterna sonrisa (foto por Fernando Serani para Metal Eye Witness y Requiem)

Desde que sonó el primer acorde de “School Love” el viaje en el tiempo fue instantáneo. No podíamos quedarnos quietos, no podíamos dejar de saltar, 1981 nos absorbía como un agujero negro y nosotros nos sumergíamos en él, adentrándonos en un túnel de electricidad cargado de magia y poder. Pero ojo que esto no es nostalgia, lo que propone Anvil bien puede ser considerado atemporal. Más si uno se deja llevar por la intensidad que los músicos derrochan. “Winged Assassins” fue otro clásico muy festejado, mientras que “This is Thirteen”, con su comienzo lento y su marcha a medio tiempo, nos introducía en el sonido actual de Anvil, que conserva intacta la esencia del grupo. Mientras el hiperactivo Lips no paraba y Glenn “Five” Gyorffy demostraba su destreza con el bajo, Robb “Robbo” Reiner acaparaba muchas miradas, por su manera precisa y contundente de tocar la batería, luciéndose luego con su solo llamado “White Rhino”.


El momento cumbre de la actuación de Anvil sin duda llegó cuando Lips peló un consolador y lo utilizó como slide para tocar su guitarra, reeditando un acto histórico que ya es marca registrada. Lo hizo mientras ejecutaban “Mothra”, una muestra del más primigenio speed metal ochentero.

Robb Reiner (foto por Fernando Serani para Metal Eye Witness y Requiem)

El show, que duró una hora aproximadamente, prosiguió con canciones como “Thumb Hang” (curiosamente el primer tema compuesto por Anvil, pero que recién fue grabado en 2009) y “Forged in Fire”. Cerca del final, llegó lo que todos los fanáticos esperábamos: “Metal on Metal”, probablemente el tema más emblemático de Anvil, aquel que da título a su segunda placa. Euforia total al escuchar este himno metalero de todos los tiempos. La banda se mostraba a pleno, sonaba contundente y los canadienses estaban enloquecidos por estar tocando por primera vez en Sudamérica. Lips era quien más lo demostraba, un auténtico personaje que se hace querer y que se ganó a toda la audiencia.


Los tres músicos se retiraron por un par de minutos y enseguida volvieron para realizar un único bis: “Jackhammer”. Merecidos aplausos y ovación para Anvil. La cara de Lips lo decía todo, la pasaron bárbaro igual que nosotros. La sonrisa de este muchacho hace ver a Kai Hansen como un tipo serio y parco. Anvil ya había pasado por la Argentina e inscribía su nombre junto al de muchas leyendas que tocaron en nuestro país. El yunque de acero aplastó Buenos Aires.

Anvil Setlist El Teatro De Flores, Buenos Aires, Argentina 2011



Minutos antes de que Primal Fear saliera a escena, ya había mucha gente en el lugar esperando para verlos, con El Teatro lleno aproximadamente en un 70% de su capacidad. Los alemanes ya han venido varias veces a nuestro país y han cosechado una leal legión de seguidores con el correr de los años. En mi caso opté por comprarme una cerveza y comentar con los chicos de Dark Warrior lo copado que estuvo el show de Anvil, ya más alejados del escenario. Las luces se apagaron, el telón se abrió nuevamente y los fans rugieron eufóricos. Los músicos tomaron posición y cuando el enorme Ralf Scheepers efectuó el primer alarido, el águila levantó vuelo con “Sign of Fear”, seguida de “Chainbreaker”.


El sonido era bueno, nítido; Primal Fear se encontraba a pleno, descargando su poderoso heavy/power, cuyas raíces hay que buscarlas a través de referentes ochenteros como Judas Priest, Helloween y Accept, seguramente las principales influencias de estos teutones. En cuanto a lo visual, era emocionante verlos tocar en tándem, agrupados en el centro del escenario funcionando como una perfecta maquinaria de metal, postura que patentara Accept en la década de 1980.

Magnus Karlsson (foto: Cynthia Zelarayan para Latin Metal)

Luego de un arranque potente, bajaron el ritmo con “Seven Seals”, una semi-balada de tintes góticos que en su momento dividió aguas entre los seguidores del grupo. Por suerte enseguida repuntarían con el himno “Nuclear Fire”, coreado y pogueado por gran parte de la muchedumbre.


En cuanto al desempeño de los músicos, el mismo puede calificarse como impecable. Ralf Scheepers (ex Gamma Ray y Tyran’ Pace), es un gran cantante y cuando se propone arrasar con sus alaridos más filosos y metálicos, hace temblar a cualquiera. Mat Sinner (Sinner, Goddess Shiva, Voodoo Circle, ex Beast of Prey), el otro miembro fundador de Primal Fear, además de cumplir sin inconvenientes con su labor en el bajo, aporta carisma y actitud y se encarga de hacer coros. Alex Beyrodt (Silent Force, Missa Mercuria, Wild Axes, Voodoo Circle, Sinner) es un guitarrista espectacular, heredero de la energía, el talento y el carisma típicos de los legendarios violeros alemanes del género. Por otro lado, el sueco Magnus Karlsson (Allen / Lande, Last Tribe, Midnight Sun, Planet Alliance y The Codex) se complementa a la perfección con Beyrodt y en la noche de Flores demostró por qué es considerado actualmente uno de los mejores guitarristas de Europa. El otro miembro no germano de Primal Fear es el baterista canadiense Randy Black (Duskmachine, ex Annihilator, ex Rebellion), un fenómeno en lo suyo, quien también demostró su talento y habilidad con un solo promediando el show.

Alex Beyrodt (foto: Cynthia Zelarayan para Latin Metal)

Tras el solo de batería de Black descargaron “Blood on Your Hands”, seguida por la extensa y tranquila “Fighting the Darkness”. Luego, la seguidilla letal conformada por “Riding the Eagle”, “Final Embrace” y “Metal is Forever”, esta última todo un himno del metal más contemporáneo.


Al momento de los bises, primero subirían los dos guitarristas para protagonizar un duelo muy divertido. Después, el cierre definitivo llegaría con “Angel in Black” y “Running in the Dust”. Ovación merecida para Primal Fear, que dejó a sus fans completamente satisfechos. Algunos incluso señalaban que este fue el mejor concierto que Primal Fear brindó en Argentina.

Primal Fear Setlist El Teatro De Flores, Buenos Aires, Argentina 2011

En conclusión, fue una noche para el recuerdo por diversos factores. Por un lado, la confirmación del gran momento musical y del status de “banda grande” conseguido por Primal Fear en nuestro país. No venían a presentar ningún disco y aun así la gente acudió en gran número para verlos en acción. Por otro lado, la oportunidad de ver por primera vez a Anvil en Argentina (quizá por única vez). Más de 30 años peleándola, a veces en la cresta de la ola, muchas más veces en el olvido, disfrutando al máximo cada segundo sobre el escenario, dando todo y siendo amables con sus fans; incluso conservan actitudes propias del underground como la de dejar para vender en el stand sus remeras y sus CDs editados de forma independiente, traídos por ellos desde Canadá. No hace falta tocar en grandes estadios para ser considerado una gran leyenda. Anvil lo demuestra forjando en acero día a día su increíble historia, inspiración para muchos de los metaleros que aun hoy vibramos con su música.


*Todas las imágenes que ilustran esta nota fueron tomadas de sitios oficiales de las bandas y de los músicos, salvo en los casos en que se especifica lo contrario.

viernes, 11 de marzo de 2011

Osamenta hizo historia en El Sótano


Rosario. Fecha del evento: sábado 19 de febrero de 2011. Algún día debía suceder. El esfuerzo conjunto a la larga da sus frutos. El under metalero rosarino puede y debe crecer. Esa noche fue la prueba concreta de que ese anhelo se está materializando. Osamenta llegaba por cuarta vez a nuestra ciudad, en esta ocasión para presentar en directo su flamante tercer disco “Subversivo” (2011), siendo acompañados por bandas locales y de la zona. Más allá de la aceptación y repercusión que tuvo aquí el quinteto de Salto, creo que ni el fanático más optimista podía preveer que se congregarían más de 400 personas en el local de Mitre y Córdoba. Pero así fue. A continuación, los pormenores de una jornada inolvidable, que marca un nuevo hito en el underground rosarino.



Falso Profeta


A las 23:45, Falso Profeta se encargó de abrir el evento. Y lo hizo de una forma brutal y devastadora. De todas las veces que los he visto en vivo, ésta fue la mejor presentación que me tocó presenciar, acompañada por un muy buen sonido.


Parca Ruiz junto a Falso Profeta

Con mucha gente dentro del recinto, descargaron piezas propias como “Orgía”, “Dictador”, “Islas Malvinas” y “En la casa de Luzbel”, esta última con el joven Parca Ruiz (bajista de Dislexya y de Crisis) como vocalista invitado.



Además, Falso Profeta ejecutó los siguientes covers: “Black Magic” (Slayer), “Scars of the Crucifix” (Deicide) y “Hammer Smashed Face” (Cannibal Corpse).


Abraxas



Pasada la medianoche, Abraxas llegó para mostrar nuevamente lo suyo, cada vez más orientado hacia un thrash moderno con vocalización extrema. Tocaron algunos temas propios, como “Reinado del Terror”, y completaron su set haciendo los covers “Ciegos del Mundo” (Malón). “Omerta” (Lamb of God) y “Violent Revolution” (Kreator).


Traxión Etílica


En tercer lugar, Traxión Etílica dio un show de casi 40 minutos, conformado por canciones propias como “Historia repetida”, “Odio y Dolor”, “Esclavo”, etc., además de su versión de “El Témpano” (de Adrián Abonizio) y “Souls of Black” (Testament).




Como comenté en anteriores notas, si bien el sonido de Traxión Etílica ha mejorado mucho, todavía tienen cosas que ajustar. Ellos logran sus mejores resultados cuando no son muy pretenciosos y le dan rienda suelta al machaque constante y a la agresividad, como lo hacen en el tema “Identidad”. Su punto fuerte es hacer, como dice la expresión, “palo y a la bolsa”, sin rodeos ni experimentación. Los 13 años de metal sobre sus espaldas y los cientos de kilómetros recorridos los respaldan para ir un paso más allá.


Sin Piedad


Si hay una banda que se merecía tocar ante semejante marco de público, ésa era Sin Piedad. Con El Sótano atestado de gente (y todavía seguían ingresando más personas al lugar), el quinteto rosarino de thrash/death dio un concierto de enorme nivel. Apoyados por metaleros de diversas edades, con adolescentes thrashers haciendo headbanging frente a ellos, repartieron mazazos como “Falsa Religión”, “Destino”, “Blanca Esclavitud”, “Rencor Marginal”, “Agonizas”, etc.




Precisión, actitud, talento, metal en las venas. Armas que Sin Piedad esgrime en vivo y que una audiencia conformada por verdaderos metaleros sabe reconocer, tal como sucedió ese sábado. Las melodías, en su mayoría desplegadas por el guitarrista Pablo Pastinante, en ningún momento van en desmedro de la pesadez de las canciones, sino que acompañan la violencia de la música. Reconocimiento también para la baterista Adriana Heredia, una de las responsables de la contundencia de la banda en directo.



En esta ocasión, como regalo para la entusiasta horda metálica, volvieron a despacharse con un cover que hacía tiempo que no tocaban: “People of the lie”, de Kreator.


A esta altura, a Sin Piedad solamente le hace falta editar un disco; ya tienen varios temas que merecen ser plasmados y reconocidos por los aficionados al metal de distintas latitudes.




Casi a las 4 a.m., Osamenta pisó las tablas. Éramos muchos los que al notar la gran convocatoria que ostentaba El Sótano, señalábamos que este recital ya tenía carácter de histórico. El pogo no se hizo esperar cuando arremetieron con thrashazos de su nuevo disco “Subversivo”, como “Hambre de Revancha”, “Clase Mierda”, “Bahía Mortal”, “Nuestro Lugar”, “Profecías” y “Algo por hacer”, entre otras.




Una vez más, demostraron que lo suyo es el thrash metal ejecutado con furia y precisión, un poco en la línea de Testament y otras bandas de la Bay Area, pero más moderno y con matices que le otorgan personalidad a su propuesta. El cantante Pietra López posee una poderosa voz, la cual por momentos pudre y otras veces sorprende clavando un poderoso alarido a lo Rob Halford. La dupla de guitarristas conformada por Guillermo Córdoba y Mauricio Cikota despliega sin fisuras riffs, machaques constantes y solos de gran nivel. Por el lado de la base rítmica, el bajista Alejandro Mininno hace muy bien lo suyo, pero quien sobresale es el baterista José Luis Terzaghi, quien toca con gran fuerza y poder, llegando a recordar por su estilo e impronta a Ventor, el baterista de Kreator.




Es necesario ser recurrente en el hecho de la descomunal afluencia de público que tuvo la fecha, siendo un recital under y sin ningún tipo de tributo de por medio. Visiblemente emocionado, Pietra se encargó de agradecer a los metaleros que viajaron desde Villa Gobernador Gálvez, Salto, Junín, Venado Tuerto, Colón e incluso ¡Bahía Blanca! A Osamenta ya no le interesa penetrar en el circuito de Buenos Aires. Haciendo las cosas bien y sin claudicar, se están haciendo grandes en esta escena, ante leales fans que realmente aprecian su música y conocen todos sus temas. En este circuito incipiente que incluye a localidades del sur de la provincia de Santa Fe y del norte de la provincia Buenos Aires, nucleadas en torno al curso inferior de la cuenca del Paraná, Osamenta ha comenzado a pisar fuerte, constituyéndose quizás como su banda más representativa.




El show de Osamenta, que duró aproximadamente una hora, incluyo también en su playlist canciones de su segundo álbum “Libertario” (2008), como “Rompe el Corazón”, “Gritando a los vientos” y “Sangra Latinoamérica”. Del primero disco “Sueños Sin Final” (2004) tocaron “La Ira de la Tempestad”, festejada a puro pogo y headbanging. El concierto terminó y nadie había abandonado el recinto. Osamenta acababa de hacer historia en Rosario. Osamenta es grande porque le explotó en la cabeza a la gente.



Muchas cosas podrían decirse sobre esta fecha. Creo que lo más justo es felicitar a Osamenta por este gran momento que están pasando después de tantos años de laburo sostenido. Felicitar a Ariel Vera de Asesinos de Mentes por confiar en Osamenta e incluirlo en sus fechas, que han sumado mucho al under. Y, por sobre todo, darnos cuenta de que en Rosario y en varias localidades cercanas, hay avidez por escuchar y ver metal en vivo, la llama está encendida y entre todos somos capaces de construir y apoyar a una escena fuerte, sin tener que depender o girar en torno a una escena consolidada desde hace décadas como es la de Buenos Aires. ¡Acá podemos carajo! ¡Esto debe ser el inicio!


*Todas las imágenes que ilustran esta nota fueron tomadas por Victoria Panozzo, fotógrafa oficial de Corcel de Acero