domingo, 29 de agosto de 2010

At War en Buenos Aires: artillería pesada en Asbury


Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fecha del evento: jueves 19 de agosto de 2010. Desde el principio, el metal contó en su movimiento con bandas de culto. Agrupaciones que nunca alcanzarían la masividad ni el éxito comercial a gran escala, pero que sin embargo mantendrían a través de las décadas una reputación, serían respetadas aun habiendo editado pocos discos e incluso tras llevar años fuera de la actividad. Su obra permanecería para siempre, para quien se interese en descubrirla, para quien sepa valorar la virtud de lo auténtico y atemporal. Un caso paradigmático es el de At War, que en los ‘80s ocupó su lugar junto a los grandes en la prolífica escena estadounidense de thrash metal, dejando como legado dos discos que hasta el día de hoy son considerados clásicos del género y objeto de culto: “Ordered to Kill” (1986) y “Retaliatory Strike” (1988). El retorno a la acción en 2006 no solamente le permitió a At War revalidar su status de banda de culto, sino que también, gracias al revival del thrash metal, ha cosechado una nueva legión de seguidores en su Estados Unidos natal y en el resto del planeta. Su excelente tercer álbum “Infidel” (2009) les ha servido de trampolín para girar por el mundo y es justamente en el marco del “Infidels South American Tour 2010” que visitaron por primera vez la Argentina. La cita tuvo lugar en Flores, un barrio con todo el metal a cuestas, en el local Asbury Club, ubicado sobre la mítica Avenida Rivadavia. Allí más de 200 maníacos tuvimos la oportunidad de apreciar un show digno de verdaderos metaleros; imposible que un poser osara acercarse a un evento cargado de tanta pureza. A continuación, la bitácora de la guerra.


Paganos

Tras degustar un par de aperitivos con la muchachada de los comandos thrashers, ingresé al recinto cuando Paganos estaba comenzado su set. Su música consiste en un poderoso y pesado thrash metal directo a la mandíbula, con mucho riff y machaque permanente, elaborados solos de guitarra, un contundente sonido de batería y una imagen seria y firme.


El repertorio de Paganos estuvo compuesto en su mayoría por temas de su último disco “Nos Vemos en el Infierno” (2010), como el tema-título, “Sacrificio”, “Infierno real”, “Satisfaciendo a los pecadores” y “Soy Pagano”, entre otros. Además, interpretaron “Phobia”, de Kreator, una de sus principales influencias.
Muy bueno lo de Paganos, ciertamente esta banda oriunda de General Pacheco ha capitalizado de la mejor manera sus 14 años de carrera.


Dark Warrior

En segundo lugar, Dark Warrior subía a las tablas para ofrecer una potente descarga de thrash metal de la vieja escuela. Se trata de una joven banda formada el año pasado, pero a pesar del corto lapso de tiempo que llevan tocando juntos, en vivo suenan como si fueran una agrupación de experiencia, con la cuota justa de contundencia, velocidad y actitud.


El sonido de Dark Warrior bien podría describirse como una mixtura entre el thrash europeo (sobre todo el alemán) y el thrash norteamericano, plasmado en prometedoras composiciones propias. Promediando el show el vocalista/guitarrista Iván Petrozza anunció que tocarían un par de covers, subiendo a tocar el guitarrista fundador Adrián Scoppettone, quedando Dark Warrior alineado como un quinteto; su versión de “Metal Command”, de Exodus, anticipó el primer pogo de la noche.


Tras una performance de media hora, Dark Warrior se retiró muy aplaudido tras tocar el tema “Dark Fucking Warrior” y dejar en claro que son una de las nuevas bandas a tener en cuenta dentro del underground metalero porteño.


Dhak

El último grupo soporte fue nada más y nada menos que Dhak, legendaria agrupación de heavy metal pionera de la escena argentina, en actividad desde 1981. Sentí una gran emoción al poder apreciar en vivo el poderío de esta banda, que goza de un gran respeto en el under. Su set estuvo mayormente basado en canciones de su última placa “Se Decide Justicia” (2006), como “En el nombre de Cristo”, “Paranoia Empresarial” y “Contra el Plan”, además de presentar un par de temas nuevos que integrarán una futura producción discográfica.


Sergio Nieves

El buen sonido del lugar favoreció a Dhak y al lucimiento de sus músicos: el protagonismo acaparado por Alejandro Roldán y sus características bases contundentes, filosos riffs y solos de guitarra, la solidez de la base rítmica conformada por Sergio Nieves en el bajo y Pablo Almirón en la batería, más la aguerrida y entonada voz de Marcelo Baigorria. La música de Dhak se enmarca dentro de un enérgico heavy/power de corte ochentero, con algunos matices thrash, pero que por sobre todo, posee su propio sello estilístico.


Una decisión más que acertada resultó la elección de Dhak para que toque en esta fecha. Por calidad, identidad y trayectoria merecerían tener un mayor reconocimiento a nivel nacional. Inmersos entre tanta gilada y burdas etiquetas comerciales encubiertas como la de “metal argento”, muchos que se llaman a sí mismos metaleros se han olvidado del metal genuino hecho en Argentina, ese que es un fiel reflejo de una realidad y una manifestación artística surgida de las calles de nuestras ciudades, ese verdadero heavy metal argentino del cual Dhak es uno de los más dignos exponentes que aún siguen en pie.


At War

Exactamente a las 22:00 hs., estalló la guerra! Sonidos de sirenas, tiroteos y detonaciones indicaban que At War se subía al escenario para dar inicio al bombardeo. Frente a un público eufórico, que luego del primer acorde estalló en un frenético pogo, el trío de Virginia Beach descargó una buena parte del poderío de su artillería, materializado en canciones tanto nuevas como antiguas, sin dar respiro alguno, ya que se trata de un material libre de baladas.


Piezas del más puro speed/thrash se sucedieron sobre nosotros cual un M1 Abrams avanzando sobre territorio enemigo, lanzándonos cañonazos como “Ordered to Kill”, “Rapechase”, “Assassin”, “Creed of the Sniper”, “Ilsa (She Wolf of the S.S.)”, etc.

Shawn Helsel

La formación actual de At War es exactamente la misma que empuñó las armas en los ‘80s: Paul Arnold haciéndose cargo del bajo y la voz, vistiendo su atuendo de marine, dueño de una visceralidad más que apropiada para cantar en este estilo, Dave Stone golpeando incansablemente su batería y demostrando que domina ampliamente el recurso del doble bombo, y Shawn Helsel en guitarra, creador de los veloces riffs y de los vertiginosos solos que cierran el círculo de la música de At War y nos transportan a ese mágico contexto ochentero, en el cual sólo los fuertes y decididos resultaban victoriosos. At War tiene unas cuantas batallas ganadas de esta manera, siempre fiel a su estrategia.

At War en acción

La comunicación de la banda con la gente fue excelente en todo momento, tanto antes, durante y después del show. Paul Arnold es uno de los frontman con más carisma que ha dado el thrash metal estadounidense, presentó cada tema, dialogó con la audiencia e incluso pronunció algunas palabras en castellano. Los tres integrantes de At War en todo momento se mostraron de muy buen humor, contentos y agradecidos por tener la oportunidad de tocar en Sudamérica por primera vez, un viejo anhelo del grupo.


Como sorpresa, At War tenía un as bajo la manga: “Ace of Spades”, el ultra-clásico de Motörhead fue versionado de manera magistral por los estadounidenses, para algarabía de todos nosotros, sin duda uno de los momentos cumbre de la noche. No está de más mencionar que la banda liderada por Lemmy Kilmister constituye una de las principales influencias de At War, tanto musical como ideológicamente.


El concierto fue llegando a su fin primero con “Semper Fi”, tema dedicado al Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y luego, a modo de bis, finalizaron su actuación tocando el emblemático “Eat Lead”, redondeando 50 minutos de actuación. Aunque hubiese estado bueno verlos en acción un rato más, no había absolutamente nada para reprocharles, solamente podíamos agradecerles el habernos partido la cabeza. A diferencia de lo sucedido en otros conciertos, aquí nadie se quejó, como debe ser, como se comporta todo metalero de ley. La guerra que arrasó Flores nos dejaba satisfechos a todos. El poder de fuego de At War no ha mermado en absoluto y todavía es de temer.

A la hora de sacar conclusiones acerca de esta fecha histórica, sólo queda felicitar en primer lugar al organizador Gerardo Sarmiento y a toda la gente de Pacheco Records. Todo salió diez puntos y en todo momento se notó el carácter under de la fecha, la honestidad, el respeto, la pasión y dedicación con la que fue llevada a cabo. Por otro lado, también hay que felicitar al público, no cualquiera entre tantas visitas internacionales opta por ir a ver a una banda de culto como At War. Y como sucede en toda fecha así, reinó la camaradería y la hermandad metalera. Toda guerra deja sus secuelas, At War dejó su rastro de destrucción grabado en nuestras metálicas mentes.


*Todas las imágenes fueron obtenidas de sitios oficiales de las bandas y de los músicos, excepto las fotografías de At War que fueron tomadas y cedidas gentilmente por "Michy" Love, vocalista de Black Sheeps.

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