Ingresé a El Sótano cuando Crisis estaba finalizando su set. Los
jóvenes thrashers galvenses siguen dando que hablar en nuestro underground, a
fuerza de energía, talento, soltura y muchas ganas derrochadas sobre el
escenario.
Canciones como “Monstruo de la Montaña ” dan crédito a
estas palabras: puro thrash metal de raíz ochentera, que si bien parte de una
fuerte influencia de bandas de la Bay Area , como Exodus y Metallica, a la misma le adicionan elementos presentes en bandas
nacionales, en grupos como V8, Militia e incluso los contemporáneos Tungsteno. En definitiva, siempre
entusiasma ver tocar a bandas como Crisis,
un muy buen inicio para cualquier festival metálico que se precie de tal.
En segundo lugar, la otra
banda invitada también llegaba desde Villa Gobernador Gálvez: Oppression Silent. Piezas cargadas de
melancolía e inspiración invernal, en plan melodic doom/gothic combinado con
melodic death metal, dieron marco a un show disfrutable, integrado por
composiciones propias, como “Grimorium”, que nos recuerda el origen de la
banda, cuando tocaban bajo este nombre.
Era la tercera presentación
en directo de Abominación, la cual
fue anunciada como su “muerte en vivo”. A veces un destello brilla más intensamente
que mil soles. Abominación fue una
llamarada humeante de odio surgida desde la oscuridad. Y ante su inminente
deceso, no titubeó, sino que se elevó aún más desde las profundidades, como
bestia maligna impiadosa, avasallante en su voluntad de poder.
Abominación pisó un
escenario decorado con falsas cabezas de cerdo sujetadas por alambres de púa,
colocadas sobre enormes cruces invertidas. Mientras sonaba la marcha fúnebre,
el frontman Saidak se dispuso a
pronunciar una invocación, generando el ambiente ideal para la tormenta sonora
que se avecinaba. Durante 20 minutos, Abominación
brindó su repertorio, conformado por piezas que desbordaban de ferocidad,
crudeza y odio.
No es necesario ahondar en
aspectos musicales ni en influencias perceptibles para hablar de Abominación, simplemente cabe aclarar
que esta banda poseía la esencia del verdadero sonido del black metal: el del
fuego ardiendo en las iglesias.
En el tema final, “La Razón
de un Ser Maldito”, solamente quedaron sobre el escenario el guitarrista, quien
se hizo cargo de la voz, mientras que Saidak tomo posesión de la batería. Tras esta
culminante ráfaga de oscuridad, Abominación
pondría punto final a sus acciones. El vocalista Saidak volvió a tomar el
micrófono, exclamó una nueva invocación y elevó su puño: todo un signo de
poder, firmeza y dignidad ante la muerte.
Desde la ciudad de San
Miguel, provincia de Buenos Aires, llegaba Espiritismo,
quienes se presentaban por primera vez en Rosario. Lo suyo es un black metal
intenso, profundo, atmosférico y denso, difícil de asimilar incluso para
algunos que ya están iniciados en el estilo. De alto vuelo artístico y muy
enfermo.
En cuanto a la puesta en
escena, cabe mencionar que los músicos de Espiritismo
tocaron en penumbras y rotaron en la ejecución de los instrumentos, dándole más
personalidad y originalidad a la propuesta de la banda en vivo.
Espiritismo es una banda de
esas que merece ser escuchada y apreciada detenidamente, dejando que su música
fluya y penetre en nuestro oscuro interior.
Por último, Infernus se encargó de clausurar el
festival de la mejor manera.
Infernus es, junto a Culto Macabro, una de las agrupaciones
rosarinas de black metal más antiguas de las que están en actividad (se
formaron en 2004); en esta oportunidad presentaron una formación renovada, con
la novedad de que ya no cuentan con un tecladista para sus shows en vivo. Este
último factor resultó ser crucial para su performance esa noche: pudimos
apreciar la versión más cruda de Infernus,
directa y maldita. Nada atenuaba la masacre infernal que atacaba a nuestros
oídos, sin duda más que una pérdida o una limitación, esta modificación fue
capitalizada por la banda como un paso más en su evolución.
Un detalle curioso: el
bajista de Infernus en este recital
fue Dreignor, quien toca ese instrumento de manera estable en Espiritismo (alternando con la guitarra
y la batería) y esa noche además se encargó de tocar la batería en buena parte
del set de Abominación; en
definitiva, una muestra de lo que es la pasión por tocar música en el
underground.
Además de tocar canciones
que hace tiempo integran su repertorio, como “Satánico Holocausto”, Infernus presentó su nuevo EP
promocional, el cual fue editado con posterioridad a esta fecha.
Este primer “Oscuro
Ritual” representó un aporte enriquecedor a nuestra escena, gracias a
la muy buena organización, que corrió por cuenta de Saidak, al frente de Warui
Discos. Ojalá sea el comienzo de algo perdurable y maldito, que podamos
disfrutar al menos una vez por año.
*Todas las imágenes que ilustran esta crónica fueron tomadas de sitios oficiales de las bandas y de los músicos.
*Todas las imágenes que ilustran esta crónica fueron tomadas de sitios oficiales de las bandas y de los músicos.
En nombre de Warui Discos, yo Saidak agradezco esta crítica y apoyo a este evento ocurrido hace ya poco mas de un año.
ResponderEliminarEspero poder contar con todos uds la proxima vez.
Saludos a todos.